Me dirijo a ti, querido esclerótico, compañero de andanzas y desventuras. Quédate con la siguiente reflexión,

Un buen día mientras dormía recibí una señal divina que me decía:
“No te quedes en la superficie, mira en tú interior y sanarás».

Los medicamentos no curan, disfrazan síntomas. Las enfermedades solo se sanan desde el corazón.

No hay mal que por bien no venga, o dicho de otra forma,

«Dios escribe derecho en renglones torcidos»

FOTO ALIMENTACION

El primer paso que di nada más ser diagnosticado y al ser consciente de la medicina tradicional no me ofrecía soluciones convincentes, fue ponerme en manos de una reflexóloga, mi querida Lina (mirar en el Blog el post “Cambio de rumbo”)

Lo primero que hizo Lina fue cambiar radicalmente mi alimentación. Nada de grasas saturadas, nada de leche de vaca, nada de cerdo (el jamón pata negra de bellota sí), bebidas carbonatadas nada, azúcares nada, bollería industrial tampoco, comida procesada ni olerla y alcohol mucho menos, en fin, nada de lo que me gustaba.

Trataba de convertir una dieta ácida en una alcalina y de esa forma elevar el Ph de los alimentos ingeridos. No me planteé el porqué, ni en qué, parte científica se basaba, simplemente fue un acto de fe y una plena confianza en ella. Estaba convencido de ponerme en sus manos y hacer lo que considerara oportuno.

Y los resultados a la vista están. Una dieta correcta es fundamental en nuestra enfermedad.

Hablar de dieta correcta no significa un martirio, ni mucho menos, es simplemente cambiar de hábitos, cuidar nuestro cuerpo a través de la alimentación y descubrir una forma de vida más saludable. Solo hay que proponérselo.

En las comilonas que montábamos nuestros amigos y yo con la excusa de celebrar algo, lo que fuese, todo el mundo llevaba tartas, pasteles, dulces en general como licores exquisitos, alcohol para emborrachar a toda una granja de vacas, un auténtico desfase
Y ahí estaba Chiqui con su bolsa de pipas de girasol para no caer en tentación.

Lo más cómico es que todo el mundo acababa pidiéndome pipas, tanto dulce, tanto alcohol y al final todos con las pipas…
Por eso hablo de cambio de hábitos, cambio de alimentación, vida saludable.

En este apartado hablaré de todos los suplementos naturales, así como todas las “hierbas” que he probado y el resultado obtenido.

Principalmente me centraré en todos aquellos alimentos que me dan la energía necesaria para combatir el cansancio crónico que sufrimos.

No os lo perdáis

Chiqui

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